viernes, 29 de junio de 2007

Calentamiento global

La verdad es que el documental no fue especialmente nuevo para mí, porque en primero medio tuve que investigar el tema del cambio climático o calentamiento global para exponerlo como examen ante una comisión de profesores de ciencia del colegio. Ya entonces tomé conciencia de lo que estaba sucediendo a nivel mundial con el aumento de temperatura, qué lo producía y cómo se podía evitar. Recuerdo que me quedé con la idea de que estaba ocurriendo algo preocupante en nuestro planeta, pero sentía que no podía hacer mucho al respecto, que era un problema del que se tenían que preocupar las autoridades a nivel mundial, y al que yo sólo podía aportar un granito de arena…

El tema quedó en “stand by” para mí, pero la contingencia mundial -y este taller-, me obligan a retomarlo, con más madurez y conciencia de mi parte, porque se ve que si no lo hacemos todos, la catástrofe puede ser inminente.
No quiero explicar en este taller cómo y por qué se produce el calentamiento global, porque ya todos lo sabemos. Todos en el curso vimos el documental y manejamos las bases científicas del proceso. Sí me quiero detener en la idea que me dejó el documental, en las repercusiones que puede tener el cambio climático en Chile, y cómo evitarlas.

Evidentemente, la investigación de Al Gore nos entrega numerosísimas evidencias científicas de lo que está ocurriendo. Sin duda, la tierra se está calentando. Sin embargo, me surge la siguiente duda: ¿será únicamente atribuible a la actividad del hombre este proceso? ¿Estamos ante un cambio climático únicamente antropogénico? Si dejáramos de producir CO2, ¿dejaría de elevarse la temperatura? Lo que está ocurriendo, ¿podría ser parte de un ciclo natural, tal como lo fueron las glaciaciones? Las respuestas a esta interrogante no las podemos comprobar ahora, pues están todas en el nivel de la hipótesis. No obstante, el documental muestra claramente la relación entre la emisión de dióxido de carbono y el aumento de temperatura de la Tierra. Eso está comprobado. Podría ser que este cambio climático sea parte de un ciclo natural, pero tenemos las evidencias de que la acción del ser humano lo está acelerando mucho. Contra un proceso natural no hay mucho que hacer, pero sí nos concierne actuar sobre aquello que depende exclusivamente de nosotros.
El documental menciona una serie de cambios que ha experimentado la naturaleza con el aumento de la temperatura: derretimiento de glaciares, aumento del nivel del agua, grandes sequías en algunos lugares, mientras que otros se inundan con lluvias torrentosas, cambio en la flora y fauna de las distintas zonas geográficas, etc. Pero aterricemos esto a nuestra realidad. ¿Cuáles de estos problemas afectarían a Chile?


Sin duda, varios. El derretimiento de los glaciares es uno de ellos, tal vez el más visible y comentado. Los hielos antárticos y de las regiones australes de Chile se derriten y se derrumban producto del calor. Esto ha variado el paisaje de los lugares mencionados, y si sigue así terminará por cambiar la geografía. En el mismo documental se pone el ejemplo de la Patagonia, mostrándose un río copioso que ha menguado mucho su caudal, producto de la evaporación del agua, que se produce por el aumento de la temperatura.
Otro cambio producido por este fenómeno es consecuencia del anterior: el aumento del nivel del mar, por el derretimiento de los glaciares, que dejaría a varias ciudades costeras chilenas bajo el nivel del mar.
También se mostraba el aumento de la temperatura del mar y el cambio de las corrientes marinas, que no deja de ser un problema para un país como el nuestro, que tiene varias regiones cuya actividad principal es la pesca. Sabemos que por las costas chilenas pasa la corriente de Humboldt, que es fría, lo que permite que se den varias especies marinas que se pescan y se exportan. Pero si se calienta el mar, la actividad pesquera se vería alterada.
También se daría el fenómeno de extremos climáticos. Mientras los lugares más secos de Chile (como el norte) se verían afectados por grandes sequías, las zonas más húmedas sufrirían temporales: lluvias torrentosas e inundaciones…, y ya sabemos cómo afecta esto a Santiago y a las regiones del sur.

Como vemos, son varios los fenómenos producidos por el calentamiento de la Tierra que afectarían a nuestro país. Pero no todo es tan catastrófico. Algunos de estos cambios pueden tener su lado positivo. Por ejemplo, creo que las copiosas lluvias que se producirían, en conjugación con nuestro relieve montañoso, nos permitirían explotar ampliamente el potencial hidroeléctrico de nuestro país. Eso significaría desarrollar una fuente de energía natural que no daña el medioambiente y no produce gases invernadero. Respecto a los glaciares, ¡quién sabe si su derretimiento dejará terrenos habitables por el hombre, y así se solucionará la gran densidad poblacional de algunos países como China y la India! ¡Cómo saber si en el terreno de los glaciares crecerán enormes masas de vegetación que ayudan a “respirar” al planeta”! No hay que olvidar la ley del equilibrio de la Tierra, ni dejar de lado que el hombre ha sobrevivido y se ha desarrollado en un planeta que ha tenido períodos de glaciaciones y de calentamiento, y que a pesar de eso mantiene el equilibrio… Pero ¡cuidado!, que eso no significa que explotemos a destajo los recursos naturales, como lo estamos haciendo.

Creo que urge implantar medidas de cuidado de los recursos naturales y de nuestro planeta en general, porque no se trata de sobrevivir en la Tierra, sino que de cuidarla y respetarla para vivir lo mejor posible, tratando de mantener un entorno lleno de belleza natural. Para eso creo que hay que empezar desde la más temprana infancia, cuando los niños empiezan a crear hábitos. Como profesores, podemos crear conciencia desde muy pequeños a través de detalles, como gastar la menos electricidad posible, aprovechando la luz natural al máximo, enseñando a apagar y desenchufar los aparatos electrónicos que ocupen los niños. Otra medida sería que cada niño plante un árbol en su casa, lo que disminuiría el CO2 en la atmósfera. También podríamos enseñar a los niños a reciclar todos los materiales, para dejar de producir desechos, lo que contribuiría enormemente a no contaminar más nuestro hábitat.

Pero lo más importante es hacer un cambio de mentalidad y de tipo de educación. Aunque la tecnología avanza (lo que es muy positivo en la medida en que no destruya nuestro planeta), creo que se ha olvidado que todo lo tenemos se saca de la naturaleza. ¿Cuántos niños saben que el pegamento que ellos usan en el colegio se saca de un árbol especial, que si se lo pincha en un punto específico, suelta un líquido que pega? ¿Cuántos saben que el papel se obtiene de los árboles? Creo que el desafío más grande para los profesores y la educación a nivel mundial es volver a lo natural, educar niños que vivan en contacto con la tierra y cosechen de ella, aunque vivan en ciudades. Esto se podría lograr teniendo huertas en los colegios, en las casas, en las comunas. Y no es una idea tan descabellada. Hay colegios, como los del método Waldorf, que hacen realidad este desafío.
¿Y POR QUÉ NO NOSOTROS?


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